lunes, 20 de octubre de 2008

La Bruja tiene la idea fija.

Juan Sebastián Verón fue franco al admitir que no sólo no le afectan negativamente los insultos de las hinchadas rivales, sino que lo fortalecen. Además, desde ahora y hasta su retiro tiene la idea fija en un objetivo: la décima estrella para el Club.

--¿Tenés como objetivo firme ganar la décima estrella antes de tu retiro?
--Sí, lo tengo como objetivo. Cuando volví, no pensaba que podía ganar un torneo tan rápidamente. Salir campeón siempre es un objetivo. Pero yo aspiraba a que Estudiantes llegue al lugar donde está hoy: a ser uno de los clubes mejor considerados de la Argentina, por infraestructura, por la manera en la que se maneja, por lo deportivo. En estos últimos años estuvimos cerca, y puede ser que si nos mantenemos, pueda darse de nuevo.

--Habiendo ganado tu padre tanto en materia internacional, ¿es tu obsesión ganar una copa internacional?
--Lo que pasa es que es muy difícil. Lo que lograron ellos, analizándolo, no digo que haya sido un milagro, porque, si bien existen, los éxitos deportivos son producto de otra cosa; pero se dieron tantas circunstancias unidas que se parecen a un milagro. Sí es cierto que me gustaría probar, o sentir, ganar una copa internacional. Es mi sueño y el de todos los hinchas de Estudiantes que no vivieron esa época. Fijate que en el 83, con un equipo bárbaro, llegó a la puerta. Se tienen que dar muchas cosas. Es difícil pero no imposible.

--Estudiantes se siente cómodo jugando la Libertadores. ¿Más allá de eso es difícil?
--Es cierto eso de que es un club copero. Es parecido al Liverpool, que incluso pasando inadvertido en el torneo local, es capaz de llegar muy alto en la Champions League. Cada club tiene su historia, y Estudiantes con la Libertadores tiene algo particular; es el único que jugó cuatro finales consecutivas, y siendo una institución sin tantos recursos. Eso se transmitió de generación en generación, y las noches de Copa son distintas.

--¿Sería un pecado, entonces, no clasificarse a la siguiente?
--Sí, podría decirse que sí. La reforma de la clasificación nos perjudicó. Aunque ahora el campeonato se acomodó y estamos bastante bien.

--Dijiste que la idea tuya, al venir, había sido reposicionar al Club. ¿Cuánto tuyo hay en haberlo logrado, y cuánto se perdería el día que te retires?
--No sé si es mío en sí. Lo importante es que desde el 2006 en adelante, los muchachos entendieron que para permanecer entre los mejores había que sacrificarse en muchas cosas, había que luchar… Y en ese año se dio la casualidad de que había una camada de jugadores que explotó. Eso ayudó. Y en cuanto a lo que podría perder, no sé, lo importante es que se mantenga el espíritu de trabajo y querer mantener a Estudiantes en un lugar alto. La esencia de lo que se ha formado tiene que mantenerse, con nosotros y sin nosotros.

--Es opinión generalizada que, más allá de lo futbolístico, al equipo le imprimís un espíritu ganador y combativo que es distintivo. ¿Acaso ese haya sido tu aporte para que Estudiantes recuperase el estilo ganador?
--Pero viene desde antes a mi llegada. Con Mostaza y Burruchaga se hicieron buenos torneos, incluso se llegó lejos en la Libertadores. Antes había estado Carlos (Bilardo)… Ha sido un conjunto de cosas que cambiaron… Se volvió a las fuentes y se mantuvo un espíritu ganador, inconformista, se le dio valor a lo propio. Después, cada uno es como es, y lo mío se puede destacar por lo que hice en Europa en diez años. Pero Agustín, el Chino, Marcos, todos tienen el espíritu ganador. Es contagio. Todos tenemos el mismo objetivo: llevar a Estudiantes a lo más alto.

--¿Tu mejor momento en Estudiantes fue el del primer semestre? En ese caso, ¿estás apto para alcanzar ese nivel?
--Es difícil mantener un nivel alto; lo importante es mantener la regularidad. En estos años la mantuve. Más allá de eso, traté siempre de estar cerca, de alentar, de contagiar. Los picos bajos en el rendimiento vinieron acompañados de las lesiones, que en algún caso son imponderables y en otras veces el querer jugar terminó por perjudicarme.

--Desde que volviste has generado un sentimiento de idolatría en muchos hinchas, sobre todo los más jóvenes. Te ubicaste en el lugar de ídolo, y lo honraste. ¿Nunca fue tu intención generar eso en el hincha de la Selección?
--No sé cuál es la posición que toma un ídolo; las cosas las hago porque me salen y porque las siento. Yo crecí en Estudiantes, no crecí en la Selección. El que me formó fue el Club. Entonces, la Selección es un premio, tomado con responsabilidad, claro, pero hasta estás de paso, sos un invitado. En algunos momentos podés involucrarte un poco más, y a veces un poco menos, por algún llamado, pero son pocos los que tienen ese status, y viene atado a los triunfos.

--Y para que no te interese ser tan considerado como en Estudiantes, ¿influyó esa mala relación con la gente después del Mundial de Japón?
--Me interesa el respeto de la gente de Estudiantes, no de los demás. Me siento respetado, igualmente; voy a Buenos Aires, camino, me piden un autógrafo…

--¿Es decir que son hipócritas?
--Claro que son hipócritas. En la cancha se dejan llevar por lo que es la masa. El otro día fui al doping en Boca, me crucé con hinchas y se me paraban para sacarse fotos. Fuera de la cancha nunca tuve un problema, ni un reproche. Lo que pasa en un estadio es distinto. Ser ídolo para la gente de la Selección es muy difícil.

--Pese a tu personalidad fuerte, y a que no te importa qué opinan los demás, ¿qué sentiste aquella tarde, en la cancha de Quilmes, cuando la hinchada local te recibió con el cantito: “El que no salta es un inglés”?
--Nada. Raúl Madero me dijo que le gustaba que me chiflaran y me putearan. La relación entre el jugador de Estudiantes y los hinchas de otros clubes siempre ha sido áspera. Me pone hasta bien que me insulten, porque sé que algo de miedo tienen, ven algo en mí que produce ese rechazo. Siempre se busca un enemigo enfrente como para sacar algo más de adentro. Me dolería más la indiferencia, que no me griten, que me chiflen, que no me puteen, que no estén tan pendientes de mí desde que salgo de la cancha hasta que termina el partido, pendientes de lo que hago. Entonces… me gusta.

Fuente: Revista Animals!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El dia que la Bruja se retire me muero





Thiago Deasiete

Anónimo dijo...

El que la Bruja se retire hay que hacerle la mejor despedida que un grande se merece y agradecerle por todo lo que le dió a Estudiantes dentro de la cancha y pedirle para que siga desde afuera porque es un lider positivo para el Pincha y va a saber hacer las cosas necesarias para que el Pincha siga creciendo en La Plata, América y el mundo!!!
Gracias D11OS, Gracias Bruja!!!
Muy bueno el nombre "Thiago Deasiete"

Pincharratas Embrujad@s dijo...

visitá
WWW.D11ospincharrata.blogspot.com

"Objetivo: Décima Estrella"

Esta noche todos a dejar la garganta en la cancha como siempre.